martes, 17 de mayo de 2011

34. Johan Barrios. SIN CULPA. Diciembre 5 de 2009

Aunque en apariencia se trata de una exposición convencio­nal, marcada por la dominancia de un dibujo de trazo riguroso y de una pintura de factura sin tacha, que presentan temas coti­dianos, una mirada más allá de la superficie de estas obras re­vela en su contenido una serie de comentarios que vale la pena revisar con más detenimiento.

El primero nos lleva a los te­rrenos de la ‘apropiación de obras’ de otros artistas, un gesto que ha sido utilizado desde hace ya bastante tiempo, pero que en el caso de Barrios no se con­gracia con el sentido de la mera copia o de la incorporación del ‘estilo’ de un artista para la cons­trucción de un mensaje propio.

Distinto de esto, encontra­mos en estas pinturas lo que se podría denominar como una ‘apropiación propositiva’. En ellas aparecen referencias a obras anteriores, que bien pueden ser pinturas, esculturas, acciones u otro tipo de formas artísticas, como en el caso de ‘Puppy’.

Este giro particular establece un sentido de aparente superfi­cialidad en su forma, pero que puede portar un significado pro­fundo. Las obras que invoca son resignificadas en su diálogo con el arte contemporáneo y en la re­lación que trenza con los elemen­tos que anexa el propio Barrios.

El segundo comentario se vin­cula con la crítica, no una com­placida con el talento de los ar­tistas con quienes mantiene su diálogo plástico, sino otra cues­tionadora de los usos que los esta­mentos del poder de las artes dan a las obras, a su interpretación y sobre todo a su valoración co­mercial, como se puede observar en el texto de la obra ‘Sin título’, en el que se hace un llamado al público que tenga un ‘fino crite­rio y (que les guste el rosado)’.

El tercer comentario viene complemento como al anterior, pues la invitación en ‘Libera el artista que hay en ti’ nos anuncia su convicción de que cualquier persona puede ser un artista, una posición que de manera si­multánea hace guiño a laspro­puestas de Beuys y desautoriza a las elites qee se abogan la po­testad de calificar y cualificar lo que es arte.

Finalmente, aunque esto no cierra las posibilidades de lec¬tura, la sátira aparece como otro elemento protagonista. Barrios se goza el arte, como en ‘Sin culpa’, pues allí desvirtúa el ofi¬cio refinado del pintor, pero para ello utiliza decididamente las herramientas que le son propias. en el que se hace un llamado al público que tenga un ‘fino crite¬rio y (que les guste el rosado)’.

El tercer comentario viene como complemento al anterior, pues la invitación en ‘Libera el artista que hay en ti’ nos anuncia su convicción de que cualquier persona puede ser un artista, una posición que de manera si¬multánea hace guiño.

Carlos Galeano



No hay comentarios: