Aunque en apariencia se trata de una exposición convencional, marcada por la dominancia de un dibujo de trazo riguroso y de una pintura de factura sin tacha, que presentan temas cotidianos, una mirada más allá de la superficie de estas obras revela en su contenido una serie de comentarios que vale la pena revisar con más detenimiento.
El primero nos lleva a los terrenos de la ‘apropiación de obras’ de otros artistas, un gesto que ha sido utilizado desde hace ya bastante tiempo, pero que en el caso de Barrios no se congracia con el sentido de la mera copia o de la incorporación del ‘estilo’ de un artista para la construcción de un mensaje propio.
Distinto de esto, encontramos en estas pinturas lo que se podría denominar como una ‘apropiación propositiva’. En ellas aparecen referencias a obras anteriores, que bien pueden ser pinturas, esculturas, acciones u otro tipo de formas artísticas, como en el caso de ‘Puppy’.
Este giro particular establece un sentido de aparente superficialidad en su forma, pero que puede portar un significado profundo. Las obras que invoca son resignificadas en su diálogo con el arte contemporáneo y en la relación que trenza con los elementos que anexa el propio Barrios.
El segundo comentario se vincula con la crítica, no una complacida con el talento de los artistas con quienes mantiene su diálogo plástico, sino otra cuestionadora de los usos que los estamentos del poder de las artes dan a las obras, a su interpretación y sobre todo a su valoración comercial, como se puede observar en el texto de la obra ‘Sin título’, en el que se hace un llamado al público que tenga un ‘fino criterio y (que les guste el rosado)’.
El tercer comentario viene complemento como al anterior, pues la invitación en ‘Libera el artista que hay en ti’ nos anuncia su convicción de que cualquier persona puede ser un artista, una posición que de manera simultánea hace guiño a laspropuestas de Beuys y desautoriza a las elites qee se abogan la potestad de calificar y cualificar lo que es arte.
Finalmente, aunque esto no cierra las posibilidades de lec¬tura, la sátira aparece como otro elemento protagonista. Barrios se goza el arte, como en ‘Sin culpa’, pues allí desvirtúa el ofi¬cio refinado del pintor, pero para ello utiliza decididamente las herramientas que le son propias. en el que se hace un llamado al público que tenga un ‘fino crite¬rio y (que les guste el rosado)’.
El tercer comentario viene como complemento al anterior, pues la invitación en ‘Libera el artista que hay en ti’ nos anuncia su convicción de que cualquier persona puede ser un artista, una posición que de manera si¬multánea hace guiño.
Carlos Galeano
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