Egresado de la Especialización en Artes de la Universidad de Antioquia, Juan Arturo Piedrahita presenta esta muestra como su exposición de grado. El punto de partida para la realización de las pinturas, graffitis e instalaciones que la configuran, tiene por referentes las relaciones de intervención que se tejen entre la ciudad y sus habitantes. Para ello aclara en principio que el espacio urbano está constituido por tres elementos a saber: el primero, lo estructural o arquitectónico; el segundo, lo comercial o del consumidor de ciudad; y el tercero, el del usuario.En la lectura de estos elementos aparece el Arte como un mediador fundamental, una estructura que permite revisar las coherencias e inconsistencias de los devenires de estos. ‘El arte público aparece en consecuencia más cerca de la arquitectura (lo estructural) por su carácter rígido y ajeno al usuario del espacio’. Es claro para Piedrahita que ‘el arte público representa la institucionalidad y hace parte del espacio público pero lo hace en la manera de los edificios, esto es como estructura rígida’.

Frente a esta característica, lo urbano dista de ser rígido, básicamente porque en su naturaleza se encuentra la ‘constante deconstrucción y la capacidad de mutar segundo a segundo para formar nuevos tejidos, tan diversos y confusos como las relaciones que en su espacio suceden’. Es esa naturaleza elusiva y cambiante la que en definitiva interesa a este artista que a modo de operación, se la juega por la apropiación y el diálogo con los elementos que la ciudad dispone en su escenario abierto.
Así, entre la mirada y el gesto de este artista se establece una relación con el espacio de la ciudad, en la que en calidad de usuario establece una dinámica interesada por lo urbano en su posibilidad de mutación, transformación y apropiación. Piedrahita se apropia mediante el uso del graffiti de los monumentos clave de grandes ciudades para intervenirlos como también lo hace con las paredes anónimas para participar en su transformación continua, en su incesante re-significación.
Pero lo urbano no se limita en la mirada del artista a las manifestaciones estructurales y al carácter urbano en abstracto. De igual manera centra por momentos su atención en el fenómeno del Arte para establecer con él un diálogo similar de interpretación y apropiación. El graffiti se constituye entonces en una suerte de hilo que permite tejer relaciones y evidenciar significados en su recorrido por la ciudad estructural, por su carácter consumista, la percepción del usuario y sus relaciones con el ámbito artístico.

Por esto anuncia: ‘la inscripción graffiti debe ser mirada como una expresión cuyo punto de partida es lo urbano y no lo público, ya que dichas inscripciones pueden leerse como un gran texto desarticulado, fragmentado, de múltiples discursos desarticulados también, donde se lee el uso del espacio por parte del usuario, que ordena su discurso a través de los demás elementos, re-significándolos para insertarlos dentro del espacio de la urbe’.
Carlos Galeano
No hay comentarios:
Publicar un comentario